Escrito por jpicans
Esa fue la respuesta que el científico alemán Harald zur Hausen, dio ante la pregunta del rol que tiene la prevención en vez del tratamiento, en las intervenciones relacionadas con cáncer. Al famoso científico se le otorgó el premio Nobel de Medicina en el 2008, por el descubrimiento del papel que tiene el virus de papiloma humano (VPH) como causante del cáncer del cuello del útero.
Este descubrimiento ha permitido un enorme avance en el conocimiento del origen de la enfermedad, su tratamiento, pero principalmente de la prevención. Al mismo tiempo, el VPH se ha convertido en protagonista de noticias, tema de conversación, detonador de pánico, causante de crisis de ansiedad, y hasta de ruptura de relaciones de pareja. Por esto es que trataré de explicar en palabras sencillas y de manera resumida de que se trata todo este asunto del virus de papiloma humano.
El VPH se refiere a una gran familia de virus, de los cuales, unos pocos pueden favorecer la aparición de algunos tipos de cáncer. Es una familia muy grande, se conocen más de 100 tipos diferentes; algunos afectan solo la piel, y otros los genitales. En general los VPH genitales se dividen en 2 grandes grupos según su capacidad de generar cáncer:
- Alto riesgo.
- Bajo riesgo.
La inmensa mayoría se encuentran en el grupo de bajo riesgo, es decir, no generan cáncer. Sin embargo en este grupo se encuentran los causantes de un problema muy frecuente, muy molesto, pero por dicha poco grave en la mayoría de los casos; nos referimos a los condilomas, o mejor conocido como verrugas genitales. Este tema lo trataremos en otra publicación.
El VPH 16 y el VPH 18, junto a 11 tipos más, conforman el grupo de alto riesgo oncogénico. Estos virus son capaces de permanecer muchos años en el cuello uterino, generando una serie de daños en las células del cérvix, que se manifiestan por la aparición de lesiones precancerosas denominadas displasias; las cuales, si no se detectan y abordan adecuadamente, podrían progresar a cáncer cervical.
A pesar de que esto puede sonar muy mal, y podría hacernos pensar que las personas que se contagian del VPH están condenadas a padecer cáncer; lo cierto es que no es así. Sabemos que el 80% de los hombre y mujeres van a contagiarse de por lo menos un tipo de VPH genital, durante el transcurso de su vida.
La inmensa mayoría de ellos nunca van a padecer una enfermedad grave como consecuencia de esa infección.
Como ya han escuchado, la transmisión del VPH es a través de las relaciones sexuales. A diferencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y del virus de la hepatitis B, que se contagian por microtraumas e intercambio de secreciones corporales como semen, flujo vaginal, etc; el VPH se transmite por contacto de superficies infectadas con superficies no infectadas, es decir por el contacto y roce de partes genitales entre dos personas: la piel del pene, escroto, labios vulvares, superficies vaginales, etc. Esto ha hecho que el VPH sea la infección de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo; claro, 80% de la población lo tiene o lo ha tenido. La mayoría de estos contagios se dan durante los primeros años de actividad sexual, es decir, en la adolescencia para la mayoría de costarricenses.
Afortunadamente, la mayoría de infecciones por VPH en hombres y mujeres jóvenes son temporales, y tienen poca importancia a largo plazo.
El 70% de las infecciones desaparecen sin necesidad de tratamiento luego de 1 año, y el 90% desaparecen luego de 2 años. Esto incluye las infecciones por VPH de alto riesgo.
Sin embargo, cuando la infección persiste por más de 5 a 10 años, se genera el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas capaces de desencadenar en cáncer. Aún así, muchas de estas lesiones precancerosas son aplacadas por el sistema de defensa del organismo (sistema inmunológico), y nunca progresan. Este período de infección persistente, generación de displasia, y progresión a cáncer, normalmente dura 10 a 20 años, permitiendo muchas oportunidades para la detección y tratamiento de las lesiones precancerosas. La herramienta más útil para esta detección hasta la fecha, es la citología cervico-vaginal. También hay exámenes que permiten detectar la presencia del VPH en el cuello uterino.
En la actualidad existen vacunas que previenen el contagio de algunos virus de alto riesgo, ofreciendo una gran disminución del riesgo de padecer cáncer de cérvix. Lo ideal es que estas vacunas sean parte de los programas de vacunación de la CCSS, pero a la fecha, aún no lo son. Pero bueno, tocaremos el tema de las vacunas en otra ocasión.
En resumen, el VPH infecta a la mayoría de personas sexualmente activas en algún momento de la vida. La mayoría nunca van a tener un problema grave como consecuencia de la infección. Las mujeres que sin saberlo, tienen una infección persistente por VPH de alto riesgo, pueden prevenir consecuencias graves asistiendo regularmente al ginecólogo para la realización de la citología cervico-vaginal.
A continuación presento otros consejos y modificaciones del estilo de vida, que pueden disminuir el riesgo de infección y de presentar las consecuencias del VPH:
- Retardar el inicio de las relaciones sexuales.
- Practicar la monogamia y limitar el número de parejas sexuales.
- Practicar siempre sexo seguro (uso regular del condón).
- Evitar el consumo de tabaco.
- Vacunar contra VPH a niñas y niños (entre 9 a 12 años de edad), y en jóvenes menores de 26 años.